martes, 26 de febrero de 2013

EDUCACIÓN MORAL Y CURRICULUM ESCOLAR.



La educación moral no es privativa de ninguna asignatura en concreto, cuando perciben que hay un componente moral, es considerado  y reflexionado junto con los temas propios de cada asignatura, aceptan que la moral no es algo ajeno a la vida y aceptan estar mejor dispuestos a construir sus criterios de juicio y sus conductas morales.

Se está educando moralmente cuando los profesores crean un clima de colaboración entre los alumnos, evitando que compitan entre sí y propiciando que trabajen fijándose exclusivamente en sí mismos. Los profesores tratan de acostumbrar a sus alumnos a realizar las tareas escolares con interés, afán de trabajo y espíritu de superación.

La tarea fundamental de un curriculum completo de educación moral es el reflexionar sobre las formas justas de organizar la sociedad o sobre las soluciones que se han dado a los problemas que aparecen en la vida social.

Etapas propias de cada tipo de ejercicio que todos deben recorrer:

1.   Preguntar el contexto histórico y social en que se plantea el dilema.

2.   Estudiar la secuencia de eventos o fenómenos que preceden a la decisión histórica que se tomó y definir el estado actual de la problemática presentada.

3.   Se analizará si el dilema es historio, la corrección de la decisión tomada y si el dilema es actual, las posibles soluciones alternativas que podemos tomar, así como sus consecuencias.

4.   Indagar sobre los motivos que inclinaron a los sujetos históricos o a nosotros mismos a tomar una decisión u otra.

La literatura es una fuente importante de experiencias que pueden favorecer el desarrollo moral, también como vehículo para estimular el desarrollo moral.      El objetivo en un curriculum de educación moral es facilitar a los alumnos la elección de temas controvertidos de la actualidad que les preocupen.

Los momentos que debería recorrer este ejercicio escolar son:

1.   Escoger la noticia a comentar.

2.   Analizar la elección.

3.   Problematizar el tema.

4.   Discusión colectiva.

5.   Adopción de conclusiones.

La educación moral se adquiere en todos los momentos y facetas de la escolaridad y no tiene por qué haber una clase dedicada a la educación moral.

Piaget “La elección moral no ha de descartarse de ninguna manera”, siempre y cuando cumpla con el requisito que toda lección ha de satisfacer “construir la respuesta a una cuestión previa”.

La escuela debe destinar un tiempo específico a potenciar la formación moral.

La planificación de un curriculum especifico de educación moral, supone pensar fundamentalmente dos cosas:

1° ¿Qué información o contenido es pertinente presentar a los educando?

2° ¿Qué actividades y ejercicios se propondrán a los alumnos?
 
¿TÚ COMO MAESTRO DEVERIAS INCULCAR VALORES EN TUS ALUMNOS?

domingo, 24 de febrero de 2013

BLOQUE 1 1.1


"Organización de la disciplina y educación moral"
Antonio Ballesteros y Usano
La función del ambiente en la organización disciplinaria.
La escuela tiene una finalidad de aspiración máxima al perfeccionamiento del individuo para acercarlo a un ideal superior de la humanidad. Para esto, la escuela tiene como base de su existencia un imperativo moral que cumplir. Usa diferentes métodos para alcanzar esta finalidad como la organización de la escuela, los sistemas pedagógicos y el carácter de su trabajo. Todo esto para crear una concepción basada en la comunicación de normas y principios impuestos como reglas de conducta que tenían la fuerza para influir en los sentimientos de los alumnos. Claramente se muestra que la organización de la escuela se basaba en la autoridad indiscutible del maestro, quien manejaba un sistema de sanciones que para muchos podrían servir de estimulo para quienes tenían una impecable actuación escolar, pero como castigo para aquellos que no se atuvieran a sus consecuencias.
En la escuela, la enseñanza de los principios morales influía en la conducta del alumno tanto dentro como fuera de la escuela. Esto se basaba en parte a la doctrina pedagógica que se aplicaba en la institución, señalando como método propio el inductivo. Al aplicarlo se usaban medios para formar una concepción moral en los alumnos considerando medios para actuar en la escuela inspirados en dos postulados: el dogmatismo y la coacción. En otras palabras, no basta el conocimiento del bien y del mal por parte del niño, ya que se basaba en una enseñanza fundamentalmente abstracta en su esencia que podrá comunicar al niño un conocimiento intelectualista y verbal; así que lo importante era la conveniencia de imponer a los demás nuestras ideas, normas de conducta y nuestra moralidad para que el niño la aprendiera tal cual y la aprendiera por sí mismo, aplicándola en su vida cotidiana. Para esto, la escuela debía dotar al alumno de la capacidad y medios culturales precisos para captar un concepto moral, principalmente utilizando su experiencia. La otra influencia era el medio social y familiar que actuaban sobre la misma conducta, decidiendo en muchos casos sus posiciones morales, pero la escuela es aún mucho más poderosa porque trataba de abarcar y entrar en esa corriente de influencias marcando sus jerarquías.
La nueva educación moral se desprende de una conclusión fundamental que el criterio pedagógico es expuesto por nosotros tomando en cuenta que debe estimular el desarrollo natural de los sentimientos y del carácter del niños haciendo nacer en el un concepto propio de sus deberes y derechos. La moral no será entonces imposición dogmática, sino una serie de hábitos creaos por la experiencia y por la reiteración en la conducta. Y para la aplicación de esto la escuela ha de convertirse en el elemento más valioso para el niño por el valor de su influencia.
Evolución y concepto actual de la disciplina escolar
La moral y la disciplina van de la mano. La disciplina le da tono a todo el ambiente escolar y es muy influyente en la educación de los niños. Para esto el maestro debe meditar antes de adoptar una postura ya que es posible que tenga que cambiar muchos hábitos en su persona como abandonar viejos prejuicios arraigados por sus costumbres para tener un mejor desempeño en lograr el desarrollo de personalidad en sus alumnos.
Según el autor, se manejan dos tipos de disciplina, una totalmente opuesta a la otra, y podría decirse que es la tradicional y la actual, la que nosotros debemos manejar.
Disciplina coactiva o externa: basada principalmente por el modelo conductista (premios y castigos). Dispuesta solo a garantizar el orden exterior y material de las clases. Es lo que nosotros llamamos guardar silencio, estar quietos en las mesas, escuchar atentos las lecciones, prohibido perturbar el orden de clase, etc. Todo esto se basa fundamentalmente en la autoridad.
Según Dewey: “La palabra escuela es, para padres y maestros, sinónimo de disciplina”. Podrá ser un planteamiento muy arcaico, sin embargo en la actualidad aun sigue presente en varias maneras de aprendizaje de ciertas sociedades. Los castigos que se aplicaban eran principalmente de carácter moral, llevando implícito su concepción tradicional, tales como lastimar el amor propio, herir el instinto de propiedad, prohibición del juego, etc. Incluso llegando al maltrato físico en varias ocasiones. En cuanto a los premios, su finalidad era satisfacer los instintos primarios de la infancia.
Disciplina funcional o interna: responde a un concepto opuesto a educación ya que plantea que el orden es producto de la imposición y que causa un desorden más profundo. Así que se basa indispensablemente en la conformidad del propio individuo. Fundada en la libertad, llamada también autónoma. La nueva escuela rechaza todo sistema conductista, ya que considera que ni el castigo transforma al niño que se considera inquieto y desobediente por naturaleza, haciéndole adquirir hábitos de atención, de sometimiento o de inquietud, ni menos aun el premio que ejerce una influencia sobre el niño que lo que recibe que mejore su inteligencia o su conducta. Esto es, que el castigo induce a los escolares a la simulación, la falsedad, la hipocresía.
Por estas razones la escuela actual proclama que no hay más disciplina que la interna, respetuosa de la naturaleza del niño dentro de un ambiente de trabajo.
Organización de la disciplina: sus factores esenciales.
Llevar a la enseñanza los métodos del ejercicio físico será la mejor pedagogía moral. Tener actividad física, gimnasia, los deportes, etc.
La distribución de la enseñanza y el horario serán instrumentos de disciplina, adaptado al esfuerzo y a las capacidades del niño. Para esto es indispensable la participación activa de los niños en la organización y mantenimiento. Además es indispensable que la escuela deba de basarse en un sentimiento de confianza, responsabilidad, dignidad y estimación.
Corregirse a si mismos es la única corrección eficaz, pero también fiar en la influencia disciplinaria de los propios niños sobre sus compañeros, para que así el comportamiento de unos inspire a otros.
Es importante también canalizar y normalizar la aparición del instinto sexual. Así además, crear un ambiente parecido al del hogar.
Regular los temperamentos característicos de cada sexo creando agrupaciones infantiles con fines concretos. Esto ayudará a regular la libertad y adquirirá hábitos de vida escolar autónoma.
Transformar la actividad escolar esencialmente individualizada en trabajo por grupos o equipos. Así mantener unido el empeño común para conquistar las finalidades del aprendizaje.
La familia debe participar en la disciplina de la escuela, es necesario tener conversaciones individuales y colectivas con los padres, además del diálogo directo y frecuente del maestro con los padres.
El maestro creador de un ambiente disciplinario.
La disciplina depende de la iniciativa, inteligencia y habilidad del maestro. Para esto, él debe conservar su autoridad, dignificada y elevada si evidencia ante sus alumnos virtudes excepcionales.
El niño tiende a la imitación. Imita a quien cree dignos de ser imitados. Es por eso que se debe mostrar un buen ejemplo ante él.
El motor necesario y natural de esta relación entre el maestro y el alumno es la simpatía y el amor. Ya que un falló de carácter puede destruir la autoridad conquistada en una actuación larga y perseverante. Algo principal que debe hacer el maestro es jamás mostrar preferencias por algún niño. Los niños deben de ser iguales para el maestro. En tal caso solo se debería dar una preferencia a los necesitados de atención y de influencia generosa.
Combatir inflexiblemente la mentira y decir la verdad será el máximo beneficio moral de los alumnos.
 
Fuente de consulta:
Ballesteros y Usano, Antonio (1964), “Prólogo a la 1a edición”, “Prólogo a la 2a edición”, “Prólogo a la 5a edición” y “Organización de la disciplina y educación moral”, en Organización de la escuela primaria, 6a ed., México, Patria, pp.57-71.